Dulcísimo, amantísimo y sacratísimo Corazón de Jesús, mi Señor y mi Dios, mi Esposo entre millares escogido. Oh Divino Redentor mío, en este día que tú mismo escogiste y designaste para tu culto. Recibe todas las penas, amarguras y enfermedades que hemos sufrido ofreciéndolas a Ti. Hoy te las presentamos todas unidas con los dolores y trabajos de tu Santísima Pasíon, para que en tu Corazón las guardes y las apliques según tu divino beneplácito: por la conversión de los pecadores, y las necesidades de la Iglesia Santa y las demás intenciones de tu Divino Corazón. Recibe, Señor, estas pequeñas cruces y únelas con la tuya para que nos mostremos verdaderas amantes y esposas de un Dios crucificado.

Corazón de Jesús, mi salvador.

Haz que arda y crezca en mí tu santo amor.

            (Madre Magdalena de la Reparación “Fundadora de la Familia de Corde Jesu”)