ESPIRITUALIDAD DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS
Historia

Los Padres de la Iglesia tomaron la rica Tradición Apostólica sobre el Corazón de Cristo. Comprendían que Cristo tiene un corazón humano, actúa con corazón humano y nos hace capaces de compartir su amor humano y divino. San Agustín (+430), padre de la Iglesia, aparece frecuentemente en la iconografía con el corazón ardiendo de amor por Dios.
Los Padres meditaron sobre la Ultima Cena, evangelio de San Juan, cuando San Juan se reclinó sobre el pecho de Jesús del que recibió sabiduría divina. San Agustín escribe que Juan bebió de los “secretos sublimes de las profundidades más íntimas del Corazón de Nuestro Señor”. Otro Padre, San Paulinus de Nola (+431), escribe que fue así como San Juan recibió sabiduría para escribir la Palabra de Dios.
Los Padres también hacen referencia a las Sagrada Llaga del costado de Jesús, a la Sangre y Agua que brotaron de su corazón, de donde recibimos los sacramentos. San Ambrosio + 397 escribe: “El Agua nos limpia, la Sangre nos redime.” San Juan Crisóstomo (+407) escribe en la misma línea.
Edad Media
En el siglo XII se destaca Guillermo de S. Thierry (+1148) quien enseñaba la importancia de “entrar de lleno en el Corazón de Jesús, en el Santo de los Santos”. Su amigo San Bernardo de Claraval (+1153) enseña que el traspaso del costado del Señor revela Su bondad y la caridad de su Corazón por nosotros. San Víctor (+1173) decía que no se puede encontrar dulzura ni ternura que compare a la del Corazón de Jesús.
Santa Clara +1253 saludaba al Sagrado Corazón en el Santísimo Sacramento muchas veces al día.
San Buenaventura +1274, franciscano, doctor de la Iglesia, escribió del Corazón de Jesús como “Fuente Viva”. Jesús nos promete, como a la Samaritana, agua viva. Por eso gritó “Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba” (Juan 7,37). Todo cristiano debe convertirse en el pregonero Dios y gritar también como Jesús. Que todos se acerquen a beber la sangre y agua del Corazón de Jesús.
¡Que bueno, que dulce es habitar en Tu Corazón, Oh Jesús! ¿Quién hay que no desearía esta perla? Prefiero darlo todo, todos mis pensamientos, y todos los afectos de mi alma por El, echando mi mente entera en el Corazón de mi buen Jesús. -S. Buenaventura
El himno más antiguo al Sagrado Corazón que se conserva es “Summi Regis Cor Aveto”. Se cree que es obra de Herman Joseph (+1241), norbertino de Colonia, Alemania.
Los cartujos fueron los primeros monjes devotos al Sagrado Corazón. Ludolf de Sajona (+ 1378), escribió: “El Corazón de Jesús fue herido de amor por nosotros, para que, respondiendo a su amor, podamos entrar por esa herida abierta a Su Corazón y allí ser inflamados con Su amor, tal como el hierro puesto al fuego se hace incandescente.” El cartujo Lansperguis +1539 es el primera persona conocida por recomendar a la gente el tener la imagen del Sagrado Corazón en un lugar visible para venerarla e inspirar al alma.

El Corazón de Jesús nos vincula con la Eucaristía, la Iglesia y la Virgen María
Eucaristía La devoción al Sagrado Corazón está vinculada con el amor a la Eucaristía. La Eucaristía ES la Presencia Real de Jesús, es su Corazón vivo que se nos da. San Pedro Canisio, uno de los primeros jesuitas devotos al Corazón de Jesús y doctor de la Iglesia, se sintió impulsado a buscar a Cristo en el Santísimo Sacramento y a agradecerle a Cristo presente por la gracia que había recibido de Su Sagrado Corazón.
La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo. La devoción al Corazón nos mueve a desear ser Iglesia con todo el corazón y a propagarla por el mundo entero. Es así que el devoto al Corazón de Jesús busca propagar Su Reino.
Virgen María. Nadie como ella ama el Corazón de Su Hijo. Como nos expone S. Juan Eudes, los dos Corazones inseparables. Nosotros somos llamados a unirnos a ellos en un solo pensar y sentir.
La devoción al Sagrado Corazón, por ser fundamentada en el amor, se expande para abarcar a todos. También ha habido hermanos separados que profesan devoción al Corazón de Jesús. Juan Wesley, fundador de los metodistas, en 1819 re-imprimió un libro sobre el Sagrado Corazón. Wesley también profesaba amor a la Virgen María.
El Apostolado de la Oración (APOR), fue fundado en Vals, cerca de Le Puy, en Francia, el 3 diciembre 1844, por el P. Francisco Javier Gautrelet, SJ para los estudiantes jesuitas. El P. Ramiere +1883 llamó al apostolado Liga Santa de corazones unidos al Corazón de Jesús. En 1861 nació, en Francia, la primera publicación en grande para promover la devoción al Corazón de Jesús: El Mensajero. Pronto publicaciones similares surgieron por todo el mundo. Juan Pablo ll, ha dicho que el APOR «se ha distinguido por su empeño en difundir la devoción y la espiritualidad del Corazón del Redentor».
En 1917, Fátima, el ángel y la Virgen enseñaron a los niños a rezar y responder a los designios de los designios de los Corazones de Jesús y María. El ángel les dijo:
Orad así. “Los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de vuestras suplicas”
Los niños lograron propagar la devoción a los dos corazones ya comenzada por S. Juan Eudes en el siglo XVII. A partir de Fátima, la devoción a los corazones de Jesús y María se prendió como fuego.
El siglo XX, en medio de tantos combates espirituales, fue privilegiado con las apariciones de Jesús a la novicia polaca Santa Faustina +1938. Le reveló Su Corazón radiando rayos rojos y blancos. Le dictó también un diario donde Él se da a conocer como La Divina Misericordia. Expresó que el desea derramar la misericordia de Su Corazón sobre toda la humanidad. La oposición fue fuerte. Pero con el ascenso del cardenal polaco de su diócesis a la sede de Pedro las cosas cambiaron. Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina. Fue la primera canonización del año jubilar 2000. La devoción a la divina misericordia ha tenido una difusión verdaderamente milagrosa. Soy testigo de que la imagen de Jesús de la misericordia se encuentra con frecuencia en los lugares más remotos. Después de la muerte de Santa Faustina se han cumplido muchas de las promesas.
Oposición
Nunca faltó la oposición a la devoción al corazón de Jesús y a sus adeptos. En el siglo XVII, mientras Dios actuaba por medio de sus santos (ver arriba), el enemigo fomentaba odio, desprecio y burla contra la devoción al Corazón de Jesús. Los jansenistas fueron grandes enemigos de la devoción. También fue un gran golpe la supresión, en 1773, de la Compañía de Jesús. Desde España a Austria, todo lo relacionado al Sagrado Corazón: asociaciones, imágenes, libros, etc, fue perseguido. Los amantes de Sagrado Corazón eran perseguidos aun dentro de la Iglesia. En los seminarios se llegó a decir: “la fiesta del Sagrado Corazón ha echado una grave mancha sobre la religión.”.
Siendo así las cosas, Francia fue castigada con la Revolución. Más tarde sufrió el castigo toda Europa. Los que no quisieron aceptar de Francia el don de Dios recibieron de ella el flagelo de las guerras napoleónicas. Tal como ocurría ya al pueblo de Israel, los castigos fueron de purificación y después de ellos la devoción se propagó.
Numerosas revoluciones comunistas también se han ensañado diabólicamente contra el Corazón de Jesús. En Cuba, por ejemplo, muchas estatuas del Corazón de Jesús fueron destruidas y las imágenes fueron remplazadas por las del guerrillero ateo Che Guevara, con los ojos elevados en pose mística. Es por eso la importancia de la visita del Papa a Cuba en la que se desplegó una enorme imagen del Sagrado Corazón.
La oposición y las consecuentes persecuciones continuarán en el futuro. Pero contamos con la promesa alentadora de Jesús a Sta. Margarita: “Mi Corazón reinará a pesar de mis enemigos”.
Proclamas de los Papas
-1856, Pío IX extendió la fiesta del Sagrado Corazón a toda la Iglesia.
-1899 León XIII consagró el Género Humano al Sagrado Corazón de Jesús –Annum Sacrum
-1956, Pio XII Sobre el culto al Sagrado Corazón –Haurietis Aquas,
-1928 Pio XI. Encíclica sobre la reparación que todos debemos al Sagrado Corazón –Miserentissimus Redemtpor.
-1999, Juan Pablo II -En el Centenario de la consagración
Muchos países también han sido consagrados al Corazón de Jesús. Ecuador fue uno de los primeros. España, inspirada por la promesa hecha por Jesús al P. Bernardo de Hoyos, SJ, se consagró el 30 de mayo de 1919 en el Cerro de los Ángeles.