Señor:
La enfermedad ha llegado a mi vida, una experiencia difícil de vivir y de aceptar. Todo ha cambiado, mis proyectos e ilusiones se derrumban, frente a la incapacidad humana de entender y realizar, todo lo que deseaba. El hospital, su ambiente, sus silencios, las incertidumbres, la misma medicina, y el vacío que en momentos me envuelve, todo me causa miedo y me es difícil confiar; siento soledad, angustia y tristeza. Ayúdame, te suplico, quiero abandonarme en Ti y en las personas que me sostienen en este camino de luces y sombras. No conozco ni entiendo tus planes; ayúdame a depositar en tu Corazón misericordioso mi dolor y mi persona; lo que soy y lo que tengo, como una ofrenda al Padre en reparación de mis pecados y los del mundo entero.
Concédeme la gracia y fortaleza para aceptar con paz tu voluntad. Señor yo no sé nada pero tú lo sabes todo. Te agradezco infinitamente, te pertenezco y te amo. Amén.